Hay un antes y un después de mi paso por el obrador de heladería de Carlos Arribas en Zarautz. Ese antes comenzó con mi inquietud por saber algo de este mundo tan complejo que los libros no acababan de explicar ni desmenuzar lo suficiente para sumergirme en sus entrañas y codearme con todo tipo de ingredientes. En el medio fueron 5 días muy intensos, donde las preguntas y respuestas se iban amontonando en una libreta que más de uno acabó entera y los cálculos volaban más rápido que las ideas de añadir y quitar según conveniera. El después está en una maleta llena de ilusíón, paciencia e inquietudes que estoy poniendo en orden en mi casa y que espero poder plasmar en un proyecto que ha surgido. Gracias por tu dedicación, sinceridad y entusiasmo en tus enseñanzas, espero poder compartirlas de nuevo.